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1) Ayuda a bajar de peso

Aunque aún se están realizando investigaciones al respecto, todo parece indicar que, si la cúrcuma se usa como condimento de forma habitual, ésta contribuye a bajar de peso porque inhibe el crecimiento del tejido graso y evita la conversión de azúcares en ácidos grasos.

2) Alivia los problemas digestivos

La cúrcuma ayuda a acelerar el proceso digestivo y a reducir la pesadez estomacal, especialmente después de consumir alimentos grasos. Contribuye a reducir la inflamación y la acidez.

Según algunas investigaciones, también es útil para tratar trastornos digestivos como el síndrome de intestino irritable y la dispepsia, que se define como un malestar que aparece en la zona superior del vientre después de las comidas.

3) Reduce el dolor y la inflamación

Estudios recientes han encontrado que esta raíz posee importantes propiedades antiinflamatorias, que ayudan a aliviar el dolor de la osteoartritis, la artritis reumatoideo el síndrome del túnel carpiano, entre otros trastornos similares. En este caso es recomendable elaborar una pasta y untarla sobre la zona afectada.

4) Fortalece el sistema inmune

Lo cúrcuma incrementa la eficacia de nuestras defensas a nivel general. Según estudios con animales podría ayudar a curar infecciones provocadas virus y bacterias, pero este efecto aún no se ha estudiado en personas y, en ningún caso, podría sustituir un tratamiento médico indicado.

5) Fortalece el corazón

Algunas investigaciones con animales indican que la cúrcuma puede prevenir la formación de placas de colesterol y de coágulos de sangre, ayudando así a tratar la aterosclerosis y otros problemas circulatorios.

Este efecto protector contra problemas cardiovasculares se ha atribuido a la reducción de la muerte de células. Sin embargo, de igual forma que el punto anterior, consumir cúrcuma no sustituye un tratamiento médico adecuado.

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